miércoles, 25 de noviembre de 2009

Los vagabundos de la cosecha

Un hombre a quien llevan de un lado para otro como si fuera una bestia, rodeado de guardias armados, hambriento y obligado a vivir entre la suciedad, pierde su dignidad, esto es, pierde el lugar que legítimamente le corresponde en la sociedad y, por consiguiente, su ética social. No existe un mejor ejemplo de este proceso que la vida en la cárcel, donde los hombres se ven totalmente despojados de su dignidad y donde los crímenes y las infracciones de las reglas son constantes. Por tanto, consideramos la destrucción de la dignidad una de las consecuencias más lamentables de la vida del emigrante, pues limita su responsabilidad y lo convierte en un triste paria que la emprenderá contra el Gobierno como mejor se le ocurra.

John Steinbeck “los vagabundos de la cosecha”

John Earnest Steinbeck (Salinas, California. 1902-1968) escritor galardonado con el premio Novel describió en su obra la lucha de las gentes que dependen de la tierra para sobrevivir.

En “Los vagabundos de la cosecha”, Stinbek aborda en el marco de la gran depresión de los años treinta el periplo de los granjeros del medio oeste americano en su huida hacia delante, a trabajar como jornaleros en las grandes explotaciones agrícolas de las tierras de california tras ver arruinadas sus cosechas y perdido sus granjas, previamente hipotecadas, debido a la sequia y las tormentas de polvo. De ese trabajo se habían ocupado Chinos, Japoneses, Mexicanos o Filipinos, en 1936 eran blancos norteamericanos que llegaban con sus hijos y sin ninguna posibilidad de vuelta a tras a formar parte de una clase social odiada y despreciada allá donde iban.

El periódico “The San Francisco News” encarga a Steinbeck recorrer los valles de California para escribir una serie de artículos sobre estos jornaleros Que conforman el libro que nos ocupa y fue la semilla de la que sería su famosa novela “Las uvas de la ira” (1939)

Relatada con lenguaje sobrio y directo, sin adornos ni demasiadas concesiones literarias y mostrando la realidad que se encuentra, trasmitiendo potentes imágenes de la vida descarnada de estas personas y lo que es más difícil sin detenerse en sentimentalismos, ahonda en el problema y busca soluciones para devolver a estas personas la dignidad (esta última palabra será la que más nos encontremos en el libro)

Está bien claro que este libro y lo que nos cuenta continúa bien vigente en nuestros días y en tierras tan lejanas de aquellas como pueden ser muchas zonas de nuestro país.

El libro nos descubre para quien no la conociera antes y a trabes de algunas fotos que ilustran el libro a Dorothea Lange (1985 Hoboken, EE. UU.- 1965 San Francisco, EE. UU.) Fotoperiodista documental conocida por su obra sobre la gran depresión, sus fotografías humanistas la convierten en una figura del fotoperiodismo mundial.


Fotografia de Dorothea Lange.

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